Los lixiviados son líquidos contaminados que se generan en los rellenos sanitarios a partir de la descomposición de los residuos sólidos. Estos líquidos recogen una gran variedad de sustancias contaminantes, como metales pesados, compuestos orgánicos y microorganismos patógenos. Al filtrarse a través de los residuos, los lixiviados pueden contaminar las aguas subterráneas y superficiales, poniendo en riesgo la salud pública y los ecosistemas

Por esta razón, en el relleno sanitario implementamos un control exhaustivo de los lixiviados, realizando una medición diaria del caudal generado. Este caudal puede aumentar debido a factores como la precipitación, la escorrentía en la zona y el tipo de residuos que llegan al relleno. Para medir el caudal, utilizamos una probeta, que nos permite obtener con precisión el volumen de lixiviado tratado en el sistema de tratamiento. Además, con la ayuda de un cronómetro, se mide el tiempo que tarda en llenarse la probeta, lo que nos permite calcular el caudal diario de lixiviados. Estos datos son fundamentales para conocer cuánta cantidad se genera y se trata diariamente en el relleno sanitario.

Además de la medición del caudal, realizamos cada seis meses una caracterización completa de los lixiviados. Este análisis nos permite conocer la composición química y biológica de los líquidos, y así evaluar la eficiencia de nuestro sistema de tratamiento.

Gracias a estas medidas de control y al tratamiento adecuado de los lixiviados, nos aseguramos de cumplir con la normativa ambiental vigente y de minimizar el impacto de nuestras operaciones en el medio ambiente. Los resultados de los análisis realizados hasta la fecha demuestran que los parámetros de los lixiviados tratados se encuentran dentro de los límites permisibles, lo que confirma la eficacia de nuestro sistema y nuestro compromiso con la sostenibilidad.